¿Cómo es que algunos padres, sin saberlo, están convirtiendo a sus hijos en unos inútiles?

Uno de mis clientes hace poco se quejó amargamente conmigo porque el dinero que le da a su hijo cada mes no le basta a su vástago.

No entiende por qué, a pesar de que su chavo tiene una carrera profesional (que su papi le pagó) y una buena chamba, el dinero nunca le alcanza para cubrir sus gastos y constantemente su padre tiene que “entrarle al quite” para que salga a flote.

Yo imaginaba que su hijo tenía 20 años cuando mucho. Me sorprendió enterarme que su hijo en realidad tiene ya casi 30 años y vive con su novia, la cual también tiene una “buena chamba”.


No es la primera vez que escucho esto.

Conozco a bastantes personas que caen en esta situación. Es un fenómeno social al cual yo llamo “handicapping”.

El término handicap, en este contexto, se refiere a algún tipo de ventaja o desventaja que se le otorga a una persona para, de alguna manera, emparejar sus capacidades con las del resto de los competidores y puedan, de esta manera, estar en igualdad de circunstancias.

Un handicap está diseñado (en teoría) para minimizar el gap de habilidades entre competidores.

Un ejemplo muy claro de esto se da en los videojuegos: cuando un jugador es mucho mejor que el otro, para que el juego se ponga realmente interesante, es conveniente que el más chingón le de un poco de chance al que es menos hábil para que al menos éste tenga al menos una oportunidad de ganar.

Pues bien, he notado que padres de clase media-alta de hijos sanos, en pleno uso de sus facultades mentales, en edad productiva (generalmente entre 25 y 35 años), con estudios universitarios y empleo formal, traten de handicappear a sus hijos dándoles ya sea dinero en efectivo o pagándoles el coche, regalándoles un depa, pagándoles la renta o, si aún viven en casa de sus papás, no cobrándoles renta ni exigiéndoles apoyo económico.

Esto me parece un intento de los padres para que sus hijos puedan tener un nivel de vida que, según ellos, se merecen pero que no pueden mantener porque “la situación económica está muy cabrona”.


Pero, ¿por qué no les alcanza?

1. La constante inflación genera una pérdida de poder adquisitivo haciendo que el dinero valga cada vez menos. Yo recuerdo que hace 10 años 30 mil pesos al mes era un sueldazo. Hoy es un sueldo decente pero que no te alcanza para mucho.

2. Mucha gente vive tratando de aparentar algo que no es, se preocupan demasiado por la opinión que el resto de su círculo de amistades tiene sobre ellos y, por ende, sienten una presión social por mantener una apariencia de persona “exitosa económicamente”. Quieren fotos de sus viajes por el mundo en su perfil de facebook, estrenar un auto chingón, vivir en un depa en una buena zona, ropita de marca, ponerse pedo en bares fresones con sus cuates igualmente fresones que, probablemente, también son subsidiados por sus padres para poder mantener ese nivel de vida de consumo irracional.

Y es así como los hijos de papis con varo quieren vivir como si ganaran el doble o el triple de lo que realmente ganan, y pues el dinero sencillamente no les alcanza.

3. Los padres (de manera consciente o no) tratan de subsidiar de alguna manera ese déficit “ayudándoles” a solventar sus gastos. GRAVE ERROR.


¿Por qué?

Porque esos hijos se vuelven cada vez más dependientes de ese ingreso adicional que no se han ganado por sus propios méritos; caen en una zona de confort porque no tienen incentivos para generar más ingresos.

Por eso es que cada vez se tardan más en salirse de la casa de sus papás.

¿Para qué? seguramente han de pensar, si ahí tienen todo lo que necesitan e, incluso, hasta les pagan por quedarse.

Tal vez es una manera en la que los padres tratan de darle a sus hijos las oportunidades que ellos no tuvieron de jóvenes y hubiesen querido tener.

No obstante, les están haciendo un daño enorme y, muchas veces, irreparable porque el mundo real no funciona así.

Normalmente, en el mercado laboral y en los negocios todo se mide por resultados.

Si NO das los resultados esperados, eventualmente vas a ser superado por otros que sí lo hacen. Punto. That's it. Ce fini. Game over. Siguiente.


Le respondí a mi cliente que me sentía muy afortunado de no haber tenido un padre que me diera un handicap de ese tipo porque, sin saberlo, eso me ha impulsado a buscar cómo generar  ingresos por mi cuenta, sin depender económicamente de nadie más.

Le sugerí que le dejara de dar dinero a su chavo para que éste se pusiera las pilas de una buena vez.

Sinceramente no creo que lo haga, pero bueno,  el intento se hizo jaja.

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