Hace algunos años me dí cuenta que no quería formar parte de la vida Godinez por el resto de mi vida laboral, bueno, si se le puede llamar godinez a estar de obra en obra por varias partes debido a la profesión que estudié y ejerzo todavía… la hermosa Ingeniería Civil.

 

Choque con la realidad

 

Me puse a buscar dos compañías en la cuales yo sentía que tenía mayores posibilidades de crecimiento laboral y de incrementar mis redes de contactos (después de mucho tiempo he logrado comprender que las relaciones humanas y contactos son de los recursos más valiosos que puedas poseer) para después, más fortalecido, pasarme a formar mi propia compañía de construcción o incluso dentro de la misma empresa buscar la alternativa de estudiar fines de semana un posgrado…en mi caso me llama(ba) mucho la atención una maestría en cálculo estructural.

 

Eso fue durante 2017-2018. Casi durante el transcurso de un año apliqué mi solicitud, conseguí respuestas de correos, hice llamadas, apliqué los famosos exámenes psicométricos, pasé a entrevistas en persona, en fin hacía, todo lo que indica el manual de “cómo conseguir un nuevo trabajo en una empresa que te llama la atención” y, por azares del destino (específicamente de uno llamado Donald Trump), se cayó en picada la construcción enfocada al ramo industrial en el cual yo tengo más de 5 años de experiencia, suspendiéndose así las dos contrataciones que estaba buscando. Ya se imaginarán mi decepción y conflicto emocional así como la incertidumbre en esos momentos.

 

Luz al final del túnel

 

Mientras estaba en ese proceso de duelo y aceptación conmigo mismo, empecé a investigar de manera online: negocios en internet, freelance, como poner mi dinero a trabajar, diversas maneras de generar ingresos extras. Iba de una búsqueda de Google hacia otra intentando encontrar algo que resonara conmigo y fue en el mismo lapso que dí con éste blog “Adiós a tu jefe” y con su fundador Héctor Sosa, ya que aparecía en varias búsquedas sobre múltiples fuentes de ingresos. Me interesó tanto al grado que ya no buscaba en Google si no iba de un post a otro dentro del mismo blog.

 

También dí con los libros de Sofía Macías, específicamente con: “Pequeño Cerdo Capitalista: Inversiones” y en serio su valor informativo es tan igual como su presentación de la pasta: oro puro (obviamente de manera metafórica, hablando de la presentación).

 

Poco a poco, con ayuda del internet y sus múltiples bondades: blogs (bueno realmente sería blog, y es éste), Audible (aplicación de Amazon para escuchar audiolibros por una mensualidad), libros y vídeos en Youtube, fui consultando múltiples fuentes de información y, lo más importante, fui  cuestionándome a mi mismo con respecto a qué quería para MÍ en el futuro: panoramas de inversión, aversión al riesgo y eventualmente ¿libertad financiera?  ¡claro! ¿por qué no?

 

Así que, sin prisas pero sin pausas, durante aproximadamente un año, fui cayendo en cuenta e hice lo más importante que he hecho hasta ahora y que probablemente haré financieramente hablando: ¡tomé acción!

 

Parálisis por análisis

Sí, durante mucho tiempo la tuve y a veces sigo teniendo, es decir, me ponía a investigar tanto y cuestionaba tantas cosas (especialmente mi capacidad) que siempre tenía un pretexto para no comenzar a poner mi dinero y habilidades a trabajar:

 

– Pero es que solamente has leído “#” artículos/libros, mejor espérate un poquito más para que tengas más información

– En estos momentos el mundo pareciera que no está en las mejores circunstancias para comenzar algo

– Ahorita en tu vida no necesitas más estrés

– Es que hay que pagar ésto y lo otro y aquello, qué tal si sale un inconveniente y necesitas dinero

– Es que si pones el dinero mejor acá te va a generar un 2% más que en comparación con la otra opción y etc.

– En fin, una lista interminable de excusas que para mi en su momento eran lo suficientemente fuertes para no hacer ni empezar nada.

 

Primeros pasos tomando acción: Cetes

 

Con ésto no digo que no debas establecer metas y prioridades en tu vida, pero hoy día las oportunidades que tenemos a nuestra disposición son mucho más que las que tenían nuestros padres y a su vez sus padres, gracias al maravilloso Internet.

 

Desde ahorita puedes tomar acción e invertir en deuda gubernamental de México, por ejemplo: en Certificados de la Tesorería de la Federación, mejor conocidos como Cetes, en donde desde $100 y sin comisión puedes iniciar a través de su página cetesdirecto.com en plazos de 1 mes, 3 meses, 6 meses o un año a una tasa fija de aproximadamente 6.6% al momento de estar escribiendo éste post (el precio de subasta semanal varía por distintos factores que revisa el Banco de México).

 

La deuda gubernamental es utilizada por el gobierno para fondear sus proyectos, así como manejar sus finanzas y “en teoría” son el instrumento más seguro que puede ofrecer un país para recaudar inversión ya que están respaldados por nuestros impuestos y reservas federales.

Miedo a fallar

 

Habiendo dicho lo anterior, no seas como yo que durante mucho tiempo fue víctima del miedo y la parálisis por análisis (para ser más exactos, hasta hace un par de años) ya que cualesquiera que sean las condiciones en nuestras vidas, si no somos capaces de apartar por lo menos un billete de $100 al mes para comenzar a invertir, sin excusas, no tenemos un problema de ingreso si no más bien un problema de mentalidad y es que seamos realistas, la mayoría de nosotros constantemente dudamos de nuestras capacidades y nos atemoriza invertir en nosotros mismos porque tenemos miedo a fallar.

 

Pensamos que otra persona puede o conoce más del tema porque el SÍ es experto y nosotros NO, porque seguramente la otra persona que está detrás del mostrador en el banco tiene años de experiencia o probablemente recibió una buena educación financiera desde una “temprana edad”, pero algo que me he dado cuenta en poco tiempo es que la gran mayoría no recibimos una “educación financiera” en el colegio, en casa o en la vida en general.

 

Afortunadamente, mis padres me enseñaron a ahorrar para estar prevenido, pero siempre tuve esa inquietud de “bueno, ya estoy ahorrando pero ahora, ¿qué hago con ésto?”, sin tener presente que la respuesta eran dos simples palabras: ¡Toma acción! y parte de ahí.

 

Presente y realidad

 

En éstos momentos estoy esperando a mi primer hija; una hermosa niña; con la mujer que me complementa y por supuesto que no me siento ni sentiré 100% preparado en cuanto a finanzas (más aún con todo el desastre del Covid-19), tanto así que mi yo de hace años hubiera dicho: ¿estás loco? ¡Por supuesto que no es el mejor momento! Pero mi yo del presente dice: ¿estás loco? Si no es ahora, ¿entonces cuándo? Simplemente enfócate en las cosas que puedes cambiar y acepta las que no.

 

Sigo fallando y cometiendo muchos errores pero voy paso a paso aprendiendo de ellos e investigando constantemente pero, lo más importante, venciéndome a mi mismo y los límites que me auto impongo porque, cuando comprometo aunque sea una pequeña cantidad de pequeños soldados llamados pesos en algo, esto me ayuda a generar un detonante en mi interior para dar seguimiento, investigar y conocer aún más al respecto.

¡MANTÉNTE AL DÍA!

Recibe en tu email información de valor y entérate cuando publique nuevos contenidos

No hago SPAM

8
0
Nos encantaría saber lo que opinas, deja tu comentariox