¿Motivación o Disciplina?

 

Anteriormente he dicho que debemos desarrollar habilidades para mejorar nuestra vida y para mi esta es la más importante de todas, entonces ¿Motivación o Disciplina? y seré tajante con la respuesta, si te enfocas en entrenar tu disciplina para hacer las cosas, te puedes ir olvidando de la motivación.

 

No siempre vamos a estar motivados, y no debemos depender de esto para actuar y hacer las cosas que debemos hacer. Si sólo dependemos de la motivación para hacer algo estamos totalmente fritos. No vamos a conseguir grandes cosas ni vamos a llegar muy lejos si escuchamos lo que diga nuestro estado de ánimo para hacer las cosas.

 

Considero que la motivación llega después de la disciplina que te hace actuar, seguramente te ha pasado que al lograr algo importante, provoca que te sientas superpoderoso y más motivado que nunca. Cuando más motivado te sientes es después de haber actuado y logrado algo.

 

La motivación es una respuesta a estímulos causados al actuar, el lograr algo genera que nos sintamos bien con nosotros mismos y por efecto nos motivamos a continuar en ese camino de logros, pero siempre después de actuar. Debemos ver a la motivación como una consecuencia de la acción y no como algo que tienes que sentir para decidirte a actuar .Empieza a actuar por disciplina y no por motivación, porque puede haber días en que no la tengas.

 

La motivación es cíclica, va y viene, y el gran problema es que no podemos decidir cuándo estar motivados. Es muy cambiante y a veces depende de factores externos para que llegue a nosotros; no tenemos ningún control sobre ella, ya que un día puedes amanecer motivado y al siguiente no tener ganas de nada. Es tan efímera que no debemos depender de ella para nada.

 

Siempre debemos enfocarnos en lo que sí podemos controlar y en este caso lo que si podemos decidir es desarrollar la habilidad de la disciplina, que sencillamente es el hacer las cosas que debemos hacer aun a pesar de que no tengamos ganas de hacerlas.

 

Jamás digas que no eres una persona disciplinada, no te etiquetes así; como toda habilidad que tienes, en algún punto de tu vida la iniciaste y la entrenaste. Esperar a que llegue la disciplina a tu vida simplemente no va a hacer que llegue, entrénala.

 

¿Cómo entreno mi disciplina?

 

Todos tenemos una parte de nosotros, una voz interna saboteadora, que constantemente nos está influyendo negativamente; el reto es identificar cuándo es ella la que dirige nuestras acciones y hacer lo contrario. Calla esa voz actuando. Demuéstrale con acciones que eres tú el que manda y que es tu disciplina la que está al volante. Haz las cosas porque sabes que tienes que hacerlas, no porque tengas ganas de hacerlas o no.

 

La acción genera motivación y para actuar sin estar motivado necesitas ser disciplinado. La disciplina es la clave del éxito y si esperamos a estar motivados para hacer las cosas no vamos a lograr nada importante y la forma de entrenar la disciplina depende de cada persona, lo importante es hacer las cosas aunque no tengamos ganas de hacerlas.

 

Siempre la parte más difícil de cualquier tarea importante es empezar a hacerla, una vez empezando a trabajar en ella nos motivamos a continuar. Debemos disciplinarnos para iniciar a actuar, ya que toda tarea importante nos lleva a un resultado igual o más importante y debemos enfocarnos en ese resultado y pagar el precio de actuar hoy.

 

El problema de la falta de disciplina en muchos de nosotros radica en que mucha gente no piensa a largo plazo, más bien se enfocan en la gratificación inmediata y en el placer a corto plazo; Generalmente las acciones que tienen impacto a largo plazo (que postergamos por falta de motivación) son las que nos sacan de nuestra zona de confort y por evitar esta incomodidad no las hacemos. Debemos actuar por disciplina y hacerlo un hábito.

 

Los hábitos son el motor y el producto de la disciplina y tienen un poder enorme para darle forma a la vida de toda persona. Sencillamente, el estilo de vida que tenemos es el producto de nuestros hábitos, que a su vez generan acciones, que por consecuencia nos llevan a ciertos resultados. Por lo tanto, tenemos que enfocarnos en crear hábitos positivos.

 

¿Cómo iniciar y mantener un hábito?

 

Para iniciar un hábito, hazlo con disciplina como tu única fuente de energía y olvídate de la motivación; y algo importante es empezar un hábito gradualmente.

 

Primero debemos descomponer una gran meta en pequeñas acciones, si tenemos un propósito grande iniciemos por fraccionarlo en pequeños logros y preguntarnos ¿qué es lo más pequeño por lo que puedo comenzar? y entre más pequeña sea esta primera acción mejor, de modo que se forme una cadena de pequeños logros para que al iniciar con el primero este te genere la motivación de continuar con el segundo y gradualmente ir construyendo ese habito.

 

Sucede mucho que tenemos grandes propósitos y debido a un golpe de motivación queremos iniciar a lo grande desde el principio. Por ejemplo, si queremos ahorrar y nos surge esta idea en un día de motivación, nos imponemos una meta muy grande, sin haber creado gradualmente el habito del ahorro, provocando que no sea sustentable en el tiempo y abandonemos este propósito por no haber empezado poco a poco.

 

Otro ejemplo: te levantas en un día soleado lleno de motivación y decides que vas a empezar tu vida fitness iniciando el siguiente lunes con una dieta super estricta y dos horas de ejercicio diario todos los días, ¿qué crees que pasará? al no construir este hábito gradualmente, vas a abandonar esta rutina cuando se te acabe la motivación.

 

¿Crees que la motivación te va a durar todo el tiempo? La motivación se acaba, es efímera y no puedes depender de ella para mantener un hábito a flote, es muy difícil iniciar algo de golpe y mantenerlo a un ritmo del 100% únicamente con motivación.

 

La disciplina se construye poco a poco y los hábitos se crean gradualmente. Si queremos que un hábito perdure en el tiempo no nos debemos desesperar, comencemos poco a poco poniéndonos propósitos escalonados.

 

No te pongas como primera meta el ahorrar la mitad de tu salario durante todo el año o ir al gimnasio dos horas todos los días empezando desde cero, porque esto no será un habito sustentable y lo abandonarás cuando esa motivación se acabe, y te aseguro que se acabará.

 

Hazlo de forma gradual, empieza por ahorrar poco dinero siempre y cuando vayas incrementando esta cantidad conforme crezca tu disciplina, empieza en el ejercicio poco a poco y a un ritmo sustentable hasta que alcances el nivel de poder entrenar toda la semana por dos horas diarias, o lo que tú quieras.

 

La disciplina inicia y mantiene los hábitos, no la motivación. Estar motivado no te va a ayudar a permanecer en ningún sitio, no dependas de la motivación. Entrena tu disciplina y tus hábitos perdurarán en el tiempo.

 

A diferencia de la motivación, la disciplina sí es duradera; porque la disciplina crea hábitos y al crearlos gradualmente es más fácil de mantenerlos, puesto que tú y tu estilo de vida se adaptarán a ellos poco a poco, acomodándose en tu rutina diaria más permanentemente a que si empiezas algo de golpe y a un nivel elevado.

 

Una vez que hayamos creado estos hábitos, únicamente dependeremos de nuestra disciplina para hacer las cosas y ya no estaremos esperando a sentirnos motivados, que el sol brille, las aves canten y que todo sea perfecto para hacer las cosas.

 

Para ir cerrando esta idea, es importante que generemos nuestra propia motivación y dejar de depender de factores externos para tenerla, empieza tu día con pequeños logros (por más mínimos que sean), desde tender tu cama hasta correr por las mañanas, logra algo antes de iniciar tu día para crear motivación post acción y así cambiar día a día nuestras vidas.

 

Creo mucho en el poder de los hábitos, ya que éstos moldearán nuestra vida en el futuro y considero que para tener hábitos positivos debemos ser disciplinados para iniciarlos y mantenerlos; en mi opinión la motivación es buena para tareas cortas, pero si tu propósito es a largo plazo la motivación no va a servir de mucho.

 

Únicamente podemos lograr esto con la disciplina de iniciar las cosas aun y cuando no tengamos ánimo de hacerlas o sin estar motivados, debemos enfocarnos en nuestros hábitos y en nuestra disciplina, empezando poco a poco haciendo cosas que no tengamos ánimo de hacer, sin depender de la motivación porque esta siempre se acaba.

 

Marco Cortina.

¡MANTÉNTE AL DÍA!

Recibe en tu email información de valor y entérate cuando publique nuevos contenidos

No hago SPAM

8
0
Nos encantaría saber lo que opinas, deja tu comentariox